martes, diciembre 12, 2006


SINTESIS
Hay un dicho popular que dice que una imagen vale más que mil palabras.
Finalmente el general Augusto Pinochet Ugarte, el general que traicionó a Salvador Allende jurándole lealtad a la patria y a la democracia y luego encabezando el golpe de Estado y una de las dictaduras más sangrientas del Cono Sur, llegó a su fin logrando una síntesis que ilustra sus actos.
Recuerdo haber leído los testimonios publicados en la revista Rocinante de Chile, en los que se citaban las cartas que Henry Kissinger (ministro de los EEUU en 1973, premio Nóbel de la Paz y gestor externo del golpe de estado) enviaba a su gobierno diciéndoles que el Chacal (así llamaban a Pinochet sus contratistas… imaginen) se les había ido de las manos y que la masacre se salía de escala en esos duros días de 1973.
El objetivo se logró, el cobre máximo ingreso nacional por exportaciones, no se estatizó y se aseguró la provisión a ITT la fábrica de artículos electrónicos, financista del golpe.
Nada muy diferente a la guerra por petróleo que está llevando a cabo el Gran Hermano en Medio Oriente actualmente.
Pasaron años, persecuciones, torturas, ejecuciones masivas.
Pasaron denuncias, enriquecimiento ilícito de Pinochet, acusaciones de lesa humanidad y siempre contó con los mejores abogados, siempre salió libre.
Entonces, el valiente guerrero “contra el comunismo” como dicen sus simpatizantes, recurrió a las bajezas y mariconadas de pasar por demente senil, por enfermo, por cardíaco, etc.
Hasta su fin.
Y le llegó un 10 de diciembre, el Dia Internacional de los Derechos Humanos.
Y con una mujer socialista en el gobierno de su país, además hija de un torturado desaparecido por el Chacal.
Basta ver una foto de los años ’70 para comprender el por qué del sobrenombre.
Hoy sale publicada una fotografía donde un simpatizante del General Augusto Pinochet Ugarte le rinde homenaje y termina de cerrarse este círculo de vida/muerte donde lo que salta a la vista es la síntesis.
En el libro sagrado, donde juran todos estos generales genocidas que hemos tenido hay una frase que dice “todos los caminos llevan a Roma”.
Y es cierto.